miércoles, 5 de agosto de 2015

El Hedonismo y el culto a los placeres

   
Epicuro (341-281 a. C.) fundó en las afueras de Atenas una escuela conocida como  “El Jardín”, la amplitud de sus ideales era tal que hasta incluso se  admitían mujeres y esclavos. Se cuenta que en los jardines, además de estudiar filosofía, se realizaban orgías y grandes banquetes, donde la gente comía, bebía y saciaba todos sus deseos. Las enseñanzas que el filósofo impartía en sus jardines  estaban orientadas a aprender “un modo de vida” y fueron tan importantes que generaron una corriente filosófica conocida hasta hoy con el nombre de Hedonismo.


Martes y Venus, Botticelli     


El placer y la felicidad         

Los hedonistas juzgaban el conocimiento en función de su utilidad, para ellos la búsqueda de la verdad por la verdad misma carecía de sentido, de nada sabía saber si no era para llevar una buena vida. Pero ¿qué es una buena vida? ¿Una vida digna? ¿Una vida moderada? ¿Una vida Regida por las normas y las creencias? Nada de eso, el único fundamento de la moral, la única razón por la cual los hombres actúan bien es para ser felices ¿Pero qué es la felicidad? Según Epicuro no es otra cosa que el placer:

 “El placer  es el bien primero. Es el comienzo de toda preferencia y de toda aversión. Es la ausencia del dolor en el cuerpo y la inquietud en el alma.”

El hombre solo es feliz cuando disfruta, cuando goza, y es infeliz cuando siente dolor. Lo único que guía nuestros comportamientos es la búsqueda del placer y el alejamiento del sufrimiento. Por eso las enseñanzas de Epicuro estaban dirigidas a guiar a los hombres en sus decisiones para que lleven una vida dichosa, llena de placeres y lo más alejada posible del dolor. Y para eso no se precisa demasiado, solo saber disfrutar de las pequeñas cosas, pues “a quien no contenta lo pequeño, nada le contentará.”


La juventud de Baco, Willam Bouguereau

       Los cuatro temores

Sin embargo, disfrutar no es tan sencillo. Para poder disfrutar hay que saber  liberarse de ciertos temores (prejuicios, tabúes, supersticiones) que generalmente son fomentados por las élites que nos gobiernan con el fin de someternos mansamente. Esos son: el miedo a los dioses, el temor a la muerte, la aterradora idea del “destino”, y el miedo al futuro.

Según Epicuro no podemos confiar en lo que relatan los poetas acerca de los dioses ni en lo que el vulgo repite acerca de ellos. Lo que suele decirse acerca de ellos nos atemoriza y coarta nuestra libertad y nuestra espontaneidad para disfrutar la vida. Suponiendo que los dioses existan y sean tan poderosos como se supone, ¿por qué razón se ocuparían estos de nosotros? ¿Qué necesidad tendrían de premiar o castigar nuestras acciones e intervenir en asuntos de tan  poca importancia? Este temor a lo que los dioses puedan hacer en respuesta a nuestro comportamiento es una superstición. Sin embargo, esto no significa que Epicuro niegue la existencia de los dioses (cosa que le podría haber costado la vida, como le sucedió a Sócrates) sino que solo niega el saber humano acerca de ellos y el temor infundado a sus intervenciones. Por eso dice:

 “¿Dioses? Tal vez los haya. Ni lo afirmo ni lo niego, porque no lo sé ni tengo medios para saberlo. Pero sé, porque esto me lo enseña diariamente la vida, que si existen ni se ocupan ni se preocupan de nosotros.”

En segundo lugar, tampoco debemos temerle a la muerte, ya que nada sabemos del más allá. “La muerte es una quimera –dice Epicuro- porque mientras yo existo, no existe la muerte; y cuando existe la muerte, ya no existo yo.”

No solo sobre el hombre teorizaban los hedonistas, también tenían una visión del mundo y de la naturaleza. A diferencia de la tradición racionalista griega, creían que la naturaleza no estaba regida por leyes necesarias,  sino por el azar. Despreciaban el ideal estoico de "destino", para realzar la libertad de acción. Sin embargo tampoco creían en que todo depende de nuestra voluntad. Si pensamos que todo está escrito no tendríamos libertad, pero si pensáramos que todo depende de nosotros, esto nos llevaría a preocuparnos demasiado por el futuro. El temor al futuro, principalmente al dolor que este pueda traer, nos llevaría a la moderación y finalmente a la renuncia. Quien vive pendiente del futuro renuncia al presente. Por eso Epicuro dice:


“Conviene recordar que el futuro ni está enteramente en nuestras manos, ni completamente fuera de nuestro alcance”




El Jardin de las Delicias, El Bosco


La razón, la moderación y el placer “pulsante”

Los hedonistas eran muchas veces mal vistos a causa de su libertinaje, al  punto de ser calificados como “cerdos” ya que una vida dirigida por los placeres no debía diferir a la de un animal. Sin embargo, los epicúreos, aquellos hedonistas que se aferraban a las ideas originales de su maestro, entendían el placer de un modo sutil, alejado del sensualismo y el desenfreno.

Existen distintas clases de placeres, decía Epicuro. Hay placeres que son más placenteros que otros, hay placeres que con el tiempo traen consecuencias negativas, hay placeres que duran más y placeres que duran menos, y al mismo tiempo cada placer tiene su costo. Los placeres espirituales, por ejemplo, son más difíciles de alcanzar, pero deben ser privilegiados ante los sensibles, ya que son más duraderos.

Gustavo Santiago en su libro Intensidades filosóficas explica:

“Un vaso de vino produce placer. Si el placer estuviera dado por el vino en sí mismo, quienes viven en estado de ebriedad serían los seres más felices (...) Pero Epicuro ve que esto no es así. Quien se habitúa a aquello que las primeras veces le produjo un placer intenso  deja de sentirlo. “

Pensar en un estado permanente de placer es imposible. Por eso Gustavo Santiago dice que el placer el “pulsante”; lo que nos hace sentir placer es la diferencia (el salto) entre un estado de necesidad y un estado de saciedad.

No siente el  placer del calor de una estufa quien no haya sufrido frio. No siente el placer de comer quien esté saciado. “Para vivir placeres intensos es necesario  que la brecha entre el estado previo y la situación posterior sea  lo mayor posible.”(GS)

Por lo tanto, la razón y la moderación juegan un rol importantísimo en la búsqueda del placer. Jamás debemos habituarnos a aquello que nos provoca placer, porque de otro modo se volvería cada vez menos intenso.

En síntesis, que nuestra vida sea mejor cuanto más disfrutemos y menos conozcamos el sufrimiento, no significa que debamos lanzarnos de cabeza ante el primer placer que se cruce por nuestro camino. Para esto sirven la razón y la experiencia, para evaluar qué placer es más conveniente, para saber si un placer momentáneo no nos acarreará luego un dolor mayor. La persona sabia es justamente aquella que sabe hacer el "cálculo" y sabe qué placeres disfrutar y hasta dónde.

El ideal hedonista es disfrutar al máximo, pero sin por ello volvernos esclavos de nuestros deseos. Si aprendemos a desear lo que tenemos y a no desear lo que no podemos tener, si conseguiremos sentirnos bien con nosotros mismos, íntimamente, disfrutando de lo que la naturaleza nos ofrece, lograremos cierto equilibrio, y aunque la felicidad no sea constante, si al menos, será más intensa.





Frases de Epicuro

              

“¿Quieres ser rico? Pues no te afanes en aumentar tus bienes, sino en disminuir tu codicia.” 

“El más grande fruto de la autosuficiencia es la libertad.” 

“Nada le bastará a aquel que no tiene bastante con poco.” 

“Así como el sabio no escoge los alimentos más abundantes, sino los más sabrosos, tampoco ambiciosa la vida más prolongada, sino la más intensa.” 

“El que no considera lo que tiene como la riqueza más grande, es desdichado, aunque sea dueño del mundo.” 

“La filosofía es una actividad que con discursos y razonamientos procura la vida feliz.” 

"Llegará un momento en que creas que todo ha terminado. Ese será el principio." 

"Límite de la grandeza de los placeres es la eliminación de todo dolor. Donde exista placer, por el tiempo que dure, no hay ni dolor ni pena ni la mezcla de ambos". 

"Retírate dentro de ti mismo, sobre todo cuando necesites compañía." 

"Todo el mundo se va de la vida como si acabara de nacer".



                  Epicuro, por Darío Sztajnszrajber





Bibliografía:
Nocturnoginer, Unidad VI Ética
Gustavo Santiago; Intensidades Filosóficas, Epicuro

https://nocturnoginer.files.wordpress.com/.../unidad-6-teorias-eticas.doc

El hedonismo en la modernidad:
http://sobreelrockandroll.blogspot.com.ar/2013/09/el-hedonismo.html

http://www.webdianoia.com/helenismo/epicuro_obr.htm
Las obras de Epicuro

http://www.xtec.cat/~lvallmaj/barriant/epicur/epi-1me2.htm
Un paseo por el Jardín de Epicuro



                                             

No hay comentarios:

Publicar un comentario