miércoles, 13 de mayo de 2015
Sócrates y Menón, Diálogo sobre la virtud.
martes, 12 de mayo de 2015
El método socrático
“¿Tu verdad? No, la verdad, y ven conmigo a buscarla.
A. Carpio: Principios de filosofía
Sócrates y la búsqueda del concepto

Por eso hay un aspecto en la labor socrática puramente disolvente, cuyo objetivo no es otro que desenmascarar la pretensión de monopolio de la verdad por parte de los que ostentan ser los dueños del saber.
Refutar no es más que encontrar argumentos que derrumban el argumento del otro. Pero no es tan simple. Se podría refutar desde el autoritarismo que, aunque parezca una broma, muchas veces se aplica, en especial por haberse borroneado bastante la línea que separa al que tiene autoridad del que es autoritario. Éste último necesita negar la voz del otro, simplemente prohibiendo sus argumentos en nombre de cierta naturalización jerárquica del tipo: “te faltan años de estudio”, o “de este tema vos no sabes nada”, o bien, “los jóvenes no tienen experiencia, o bien , “tenés que haber pasado por la experiencia para opinar”. Este tipo de refutación no tiene validez pedagógica (…)
Se la lleva con ironía, palabra griega que significa “Disimulo”, casi como un rodeo donde lo que se busca es que aquel que cree saber, implote contra sí mismo, haciendo estallar su conocimiento seguro en mil pedazos. Para ello resulta más que necesario la ironía en un sentido amplio: esto es, como una camino por el cual en un diálogo vamos llevando al refutado a que por sí mismo vaya haciendo consciente de sus propios errores, o en todo caso sus propias zonas ambiguas (…)
En ese único momento se produce la catarsis, un insigth, la purga de todo “error”, el sacarse de encima aquellos saberes infundados a partir de los cuales se asentaba la supuesta superioridad de conocimiento. Se asume que no sabemos nada.
Segundo paso, la Mayéutica

lunes, 11 de mayo de 2015
Sócrates, el hombre más sabio
"En efecto, conocíais sin duda a Querefonte. Éste era amigo mío desde la juventud y adepto al partido democrático, fue al destierro y regresó con vosotros. Y ya sabéis cómo era Querefonte, qué vehemente para lo que emprendía. Pues bien, una vez fue a Delfos y tuvo la audacia de preguntar al oráculo esto -pero como he dicho, no protestéis, atenienses-, preguntó si había alguien más sabio que yo. La Pitia le respondió que nadie era más sabio."
Platón; Fedro
sábado, 9 de mayo de 2015
¿Quién fue Sócrates?
Fue el primero en considerarse "filósofo" (amante de la sabiduría) justamente para diferenciarse de los antiguos sabios que pretendían poder explicar los orígenes del universo. A diferencia de estos manifestó su ignorancia respecto a todas los misterios de la naturaleza. Solo le interesaba los problemas del hombre: el amor, la justicia, el alma, la virtud, la felicidad.
También se enfrentó a los sofistas, “los maestros del discurso”, debido a su relativismo y su desinterés por la verdad. Sócrates confiaba en que se podía llegar a la verdad dialogando con los otros, examinándose a sí mismo y purgándose de los prejuicios. Es por eso que se lo podía ver en la plaza pública, en el mercado o los gimnasios, rodeado de discípulos que lo amaban y gente que se acercaba para escucharle. Era un espectáculo verlo discutir.
Decía no saber nada, y que esa era la razón por la que andaba siempre cuestionándolo todo, que su intención era aprender. Con esta excusa indagaba el saber de los hombres dejando al descubierto su ignorancia, mostrándole sus inconsistencias y contradicciones con humor e ironía. Era capaz de dejar en ridículo a los más sabios.
Cuenta la historia que un amigo fue a consultar el Oráculo de Delfos para saber si era Sócrates "el hombre más sabio de toda Grecia" y este contestó afirmativamente. Sócrates recibió la noticia con humildad y picardía. Interpretó que el oráculo valoraba el reconocimiento de su ignorancia y que le imponía una misión: “picar” a los ciudadanos como un tábano, para que estuvieran despiertos y se ocuparan por el cuidado de su alma, ya que como bien decía: “una vida sin reflexión no merece la pena ser vivida”.
Su labor filosófica le costó la vida. Fue acusado por la aristocracia ateniense de pervertir a la juventud y desconfiar de los dioses. Se defendió admirablemente en un juicio que Platón relató en su “Apología de Sócrates”. Sin embargo, por un pequeño margen los jueces lo encontraron culpable y lo condenaron a beber la cicuta.
Afrontó la muerte con una envidiable tranquilidad. Luego de haber convencido a sus discípulos de que la muerte no era más que la separación del cuerpo del alma, y que esta era inmortal, bebió el veneno y se recostó serenamente.
Sócrates y Atenas
viernes, 8 de mayo de 2015
¿Existe la verdad o todo es relativo?

Uno de los filósofos relativistas más conocidos fue Protágoras (siglo V a.C.), su sabiduría puede resumirse en la famosa frase "el hombre es la medida de todas las cosas". Con este principio se elimina toda validez: una cosa será verdadera, justa, bella, de acuerdo al parecer de cada uno. Uno de los pocos fragmentos de Protágoras que se conservan dice:
"Yo afirmo que la verdad es como he escrito: que cada uno de nosotros es la medida de lo que es y de lo que no es. Y que la diferencia de uno a otro es infinita, ya que a uno se manifiestan y son unas cosas, y otro, otras diferentes (...) Recordad lo que se decía anteriormente, que al enfermo le parece amargo y, por lo tanto, lo es, todo lo que come, mientras que para el hombre sano es y parece lo contrario. Y no se debe, ni sería posible, considerar a ninguno de los dos más sabio, ni acusar al enfermo de ignorante"
Otro relativista emblemático fue Górgias (V a.C.), su pensamiento se resumía a tres principios:
1 "Nada existe"2 "Si algo existe, el hombre no lo podría conocer"3 "Si se lo pudiese conocer, ese conocimiento sería inexpresable e incomunicable a los demás".En primer lugar Górgias plantea que no existe una verdad. En segundo, en el caso de que exista una verdad, entonces esta no sería accesible a los hombres, y por último, suponiendo que algún privilegiado tenga acceso a ella, entonces no podría comunicarla al resto de los hombres. La verdad entonces es algo que no debe de preocuparnos. Los hombres son finalmente "la medida de todas las cosas", los que dicen que es bueno, que cosa es justa, que es bello o feo.
Comúnmente se dice que algo es relativo cuando no se puede hablar de ello de modo absoluto ya que cambia de acuerdo al punto de vista en que se lo mire. Relativizar las cosas, por lo tanto, es sacarles su carácter absoluto. Permite pensar las cosas de otra manera, mirarlas desde otro lugar.
En la cultura occidental la monogamia es una forma de relación correcta, en cambio, decir lo mismo en una cultura como la árabe no resulta lo mismo, ya que en estos lugares es común la poligamia. Por lo tanto la monogamia no siempre está bien; su aceptación no es absoluta ni universal, por lo tanto es relativa.
Una sola y misma cosa puede ser al mismo tiempo buena y mala, y también indiferente. Por ejemplo, la música es buena para el que es propenso a una suave tristeza o melancolía, y es mala para el que está profundamente alterado por la emoción; en cambio, para un sordo no es buena ni mala.

¿Qué otras cosas pueden ser relativas?
¿Es posible que no existan verdades absolutas? ¿Puede ser que sea todo relativo?
La paradoja de Protágoras
«Si vamos a juicio, Protágoras, y yo gano, por este mandamiento judicial, no te tendré que pagar; si pierdo, dado que aún no habré ganado mi primer pleito, y esta era nuestra condición, tampoco tendré que pagar. Así, pues, Protágoras, no te conviene ir a juicio: seguro que lo perderás.»
«Si vamos a juicio, Euatlo, y yo gano, por este mandamiento judicial, me habrás de pagar; si pierdo, tú habrás ganado tu primer pleito y por razón de nuestro antiguo pacto, me habrás de pagar.
Aristóteles afirmó que las únicas que podían ser relativistas coherentemente eran las plantas, que ni piensan ni hablan. Según el filósofo griego es imposible no asumir un compromiso intelectual con algo que se cree verdadero, al menos más verdadero que su contrario. Del mismo modo, pretender que dos proposiciones contrarias son igualmente verdaderas, sólo puede hacerse a costa de la lógica.
Y resulta que el relativismo cae en una profunda contradicción, o al menos no puede pensarse en términos lógicos. Pues si yo afirmo que todo es relativo, estoy afirmando una verdad; pero al mismo tiempo digo que no hay ninguna verdad, porque todo es relativo. Como en la paradoja de Protágoras, caemos en una tautología.
Quizás el más férreo enemigo del relativismo haya sido Sócrates. Platón dejo plasmado en varios de sus Diálogos el enfrentamiento que su maestro llevo adelante contra los relativistas.
A continuación un fragmento de "El Teeto". Sócrates le dice a Teodoro, un joven ateniense que estaba estudiando con Protágoras:
"Me sorprende, que al principio de su libro “Verdad” (en referencia al libro de Protágoras) no haya dicho que el cerdo u otro animal más ridículo aún, son la medida de todas las cosas (...) Si las opiniones que se forman en nosotros por medio de las sensaciones, son verdaderas para cada uno; si nadie está en mejor estado que otro para decidir sobre lo que experimenta su semejante, ni es más hábil para discernir la verdad o falsedad de una opinión; si, por el contrario, como muchas veces se ha dicho, cada uno juzga únicamente de lo que pasa en él y si todos sus juicios son rectos y verdaderos, ¿por qué privilegio, mi querido amigo, ha de ser Protágoras sabio hasta el punto de creerse con derecho para enseñar a los demás y para poner sus lecciones a tan alto precio? Y nosotros, si fuéramos a su escuela, ¿no seríamos unos necios, puesto que cada uno tiene en sí mismo la medida de su sabiduría?"
Una canción que nos recuerda que todo depende....
- El amor es hermoso
- 5 minutos es muy poco tiempo.
- Córdoba queda re cerca.
- El pasto es verde.
- La luna es enorme.
- Toda droga es mala.
- Los que estudian matemática son re inteligentes.
- Si tenés pareja no podes "estar" con otra persona.
- Robar está mal.
- Matar está mal.
- El paso del tiempo es inevitable.
- La muerte nos llega a todos.
- El agua moja.
- La filosofía te hace pensar.
Julio Cortazar; El Perseguidor. -Fragmento-
Johnny- (…) de acuerdo, pero antes le voy a contar lo del metro a Bruno. El otro día me di bien cuenta de lo que pasaba. Me puse a pensar en mi vieja, después en Lan y los chicos, y claro, al momento me parecía que estaba caminando por mi barrio, y veía las caras de los muchachos, los de aquel tiempo. No era pensar, me parece que ya te he dicho muchas veces que yo no pienso nunca; estoy como parado en una esquina viendo pasar lo que pienso, pero no pienso lo que veo. ¿Te das cuenta? Jim dice que todos somos iguales, que en general (así dice) uno no piensa por su cuenta. Pongamos que sea así, la cuestión es que yo había tomado el metro en la estación de Saint-Michel y en seguida me puse a pensar en Lan y los chicos, y a ver el barrio. Apenas me senté me puse a pensar en ellos. Pero al mismo tiempo me daba cuenta de que estaba en el metro, y vi que al cabo de un minuto más o menos llegábamos a Odéon, y que la gente entraba y salía. Entonces seguí pensando en Lan y vi a mi vieja cuando volvía de hacer las compras, y empecé a verlos a todos, a estar con ellos de una manera hermosísima, como hacía mucho que no sentía. Los recuerdos son siempre un asco, pero esta vez me gustaba pensar en los chicos y verlos. Si me pongo a contarte todo lo que vi no lo vas a creer porque tendría para rato. Y eso que ahorraría detalles. Por ejemplo, para decirte una sola cosa, veía a Lan con un vestido verde que se ponía cuando iba al Club 33 donde yo tocaba con Hamp. Veía el vestido con unas cintas, un moño, una especie de adorno al costado y un cuello… No al mismo tiempo, sino que en realidad me estaba paseando alrededor del vestido de Lan y lo miraba despacio. Y después miré la cara de Lan y la de los chicos, y después me acordé de Mike que vivía en la pieza de al lado, y cómo Mike me había contado la historia de unos caballos salvajes en Colorado, y él que trabajaba en un rancho y hablaba sacando pecho como los domadores de caballos…
-Johnny -ha dicho Dédée desde su rincón.-Fíjate que solamente te cuento un pedacito de todo lo que estaba pensando y viendo. ¿Cuánto hará que te estoy contando este pedacito?-No sé, pongamos unos dos minutos.-Pongamos unos dos minutos -remeda Johnny-. Dos minutos y te he contado un pedacito nada más. Si te contara todo lo que les vi hacer a los chicos, y cómo Hamp tocaba Save it, pretty mamma y yo escuchaba cada nota, entiendes, cada nota, y Hamp no es de los que se cansan, y si te contara que también le oí a mi vieja una oración larguísima, donde hablaba de repollos, me parece, Pedía perdón por mi viejo y por mí y decía algo de unos repollos… Bueno, si te contara en detalle todo eso, pasaríamos más de dos minutos, ¿eh, Bruno?-Si realmente escuchaste y viste todo eso, pasaría un buen cuarto de hora -le he dicho, riéndome.-Pasaría un buen cuarto de hora, eh, Bruno Entonces me vas a decir cómo puede ser que de repente siento que el metro se para y yo me salvo de mi vieja y Lan y todo aquello, y veo que estamos en Saint Germain-des-Prés, que queda justo a un minuto y medio de Odéon.Nunca me preocupo demasiado por las cosas que dice Johnny, pero ahora, con su manera de mirarme, he sentido frío.-Apenas un minuto y medio por tu tiempo, por el tiempo de ésa -ha dicho rencorosamente Johnny-. Y también por el del metro y el de mi reloj, malditos sean. Entonces, ¿cómo puede ser que yo haya estado pensando un cuarto de hora, eh Bruno? ¿Cómo se puede pensar un cuarto de hora en un minuto y medio? Te juro que ese día no había fumado ni un pedacito, ni una hojita -agrega como un chico que se excusa-. Y después me ha vuelto a suceder en todas partes. Pero -agrega astutamente- sólo en el metro me puedo dar cuen porque viajar en el metro es como estar metido en un reloj. Las estaciones son los minutos, comprendes, es ese tiempo de ustedes, de ahora; pero yo sé que hay otro, y he estado pensando, pensando…
Sigamos pensando...
jueves, 7 de mayo de 2015
¿Todo cambia?
Heráclito
"Nadie se baña dos veces en el mismo rió"
Guillermo Obiols; Lógica y Filosofía
"Los niños crecen, la ropa se gasta, las costumbres se modifican, todos estos son ejemplos de cambios. Estamos tan acostumbrados a estos y otros cambios que nos parecen la cosa más natural del mundo. Sin embargo, es fantástico que haya cambio y bien podría no haberlo. Tal vez, el universo entero podría haber sido estático, más o menos como cuando los chicos juegan a las estatuas.
miércoles, 6 de mayo de 2015
¿Cuál es el origen del universo?
"Se dice que una de las cosas impulsa a los hombres a filosofar es la admiración, y si hay algo una que no deja de asombrarnos es el simple hecho de existir o, más aún, de que exista todo un mundo. ¿Cómo se creó el universo? ¿Cuál es el origen de todas las cosas? ¿Por qué existe el mundo, en lugar de no haber nada? Preguntas como estas son las que el hombre se ha hecho desde los orígenes de los tiempos. Sin embargo Las respuestas no siempre han sido filosóficas. Uno de los primeros intentos por satisfacer estas inquietudes los encontramos en los mitos."
Muy distintas son las respuestas de aquellos que fueran considerados los primeros filósofos griegos, conocidos como Jónicos (por ser de la región de Jonia) o “naturalistas”. Estos se alejaron de estas explicaciones narradas por inspirados poetas y sostenidas largamente por la tradición, y buscaron respuestas a partir de la observación de la naturaleza y de la deducción racional (Logos).
Otros filósofos naturalistas
Anaxímenes, en cambio, pensó que el aire era el arché, el principio fundamental de todas las cosas. Para él, el aire podía transformarse mediante procesos de condensación y rarefacción: al condensarse, daba origen a líquidos y sólidos; al expandirse, se convertía en fuego. Así, el aire, que era esencial para la vida, era también el origen y sustento de todo lo existente.
Empédocles llevó esta búsqueda un paso más allá, proponiendo que no había un único principio, sino que la realidad estaba compuesta por cuatro elementos fundamentales: tierra, agua, aire y fuego. Estos elementos se combinaban y separaban constantemente bajo la acción de dos fuerzas cósmicas: el amor, que unía, y la discordia, que separaba. Su teoría también ofrecía una explicación a los cambios y las dinámicas de la naturaleza.
Finalmente, Demócrito introdujo una perspectiva radicalmente nueva con su teoría atomista. Según él, todo estaba formado por partículas diminutas, indivisibles e invisibles llamadas átomos, que se movían en el vacío. Estas partículas, al combinarse de diferentes maneras, daban origen a la diversidad del mundo. Con esta idea, Demócrito eliminó la necesidad de explicar los fenómenos naturales mediante fuerzas sobrenaturales, apostando por una visión puramente materialista y mecánica del universo.
El poeta Hesíodo narró el origen del universo a partir del linaje de los dioses. Allí nos cuenta que en un principio solo existía el Caos, pero de él surgieron Gea (la tierra) y Eros (el amor). De Gea surgió Urano, el dios del Cielo, que gracias a Eros se unió a Gea, que dio a luz a los gigantes de cien brazos, la raza de los poderosos titanes y los cíclopes. Estos últimos se rebelaron contra Urano y, por esta causa, fueron encerrados en el Tártaro, el lugar más profundo de los Infiernos.


Fue inventor de las estaciones del año, y