lunes, 28 de octubre de 2019

Hannah Arendt y la libertad, según Maite Larrauli


Maite Larrauri Gómez es una filósofa española que escribió una colección de 10 libros llamada "filosofía para profanos". Participara de programas televisivos y radiales, como el de "Gente despierta", divulgando la filosofía a través de conceptos específicos de algunos filósofos. En este caso: la libertad según Hannah Arendt.




¿Qué es pensar?

Pensar es darle vueltas a algo (darle vueltas a la lavadora decía Almodóvar)

Pensar es emitir juicios. Y es lo contrario a emitir prejuicios: “los políticos son todos corruptos”, “las mujeres no pueden hacer dos cosas al mismo tiempo”, “los hombres son todos machistas”. Eso no es pensamiento, es emitir prejuicios, juicios previos, juicios de otros, dichos que se repiten y muy generales (“todos los hombres…” etc) (Heidegger la “dictadura del se”)

Cuando salimos de lo abstracto, y vamos a lo concreto (y dejamos de repetir lo que todo el mundo dice) tenemos la idea de que si estamos pensando. Por ejemplo: “esta persona sí que me ama”, “Este bombero se ha comportado de manera valiente”, o “esta mujer/ este hombre es muy bella/bello”

En estos casos estoy hablando de algo concreto “esta persona”, “este bombero” y discerniendo: si me ama o no me ama, si es o no valiente, etc. Pero estoy empleando conceptos que son aceptados por todos y que doy por supuesto: amor; valentía, belleza, hombre, mujer.

Son conceptos generales, “significados compartidos”. Pero si no me pregunto qué es la valentía, el amor, la belleza, el hombre, incorporo un significado compartido sin pasarlo por una reflexión, es decir, vuelvo a caer en prejuicios, o “pre-conceptos”. Por lo tanto ese pensamiento tampoco es del todo propio.

Cuando te ponés a pensar te preguntas ¿qué es el amor? ¿Qué es la valentía? Esta es la reflexión filosófica: hay que dar un paso atrás de los significados compartidos (la gran Sócrates). Entonces tenés que elaborar: qué es el amor, p ej. Entonces sí vas a dar un juicio o un pensamiento propio en la que te vas a poner en juego (es un pensamiento auténtico)

Pensar es como la tela de Penélope, se teje y se desteje. O sea que mañana podemos pensar distinto, en base a nuevas experiencias, nuevas preguntas. O sea que nunca hay un pensamiento final, definitivo, objetivo. Pero si puede haber un pensamiento más auténtico.

No siempre se puede pensar, a veces no es necesario, otras es contraproducente. A veces se carga al filósofo porque piensa demasiado y se caricaturiza al filósofo preguntándose todo. No se trata de eso, hay que saber cuándo hay que pensar y cuando no. Hay que elegir en qué queremos pensar.

Si me dicen tomate el este colectivo no me voy a poner a pensar ¿qué es un colectivo? ¿Qué significa “tomarme? Pero si me dicen “esta persona si me ama” y esa persona le pega, entonces sí debo detenerme a pensar ¿a qué llamas “amor”?



¿Pensar nos hace libres?

A veces se dice “Tu eres libre de pensar lo que quieras” Pero “guardándonos lo que pensamos”. Se valora esa libertad porque no hay otra libertad mayor, que es la libertad de actuar.

En plena dictadura uno podía pensar, pero no podía decir lo que pensaba. Entonces no se era libre.

Para Hannah Arendt la libertad se juega en el espacio público, es algo que “se muestra”. Si no hay espacio público, es decir posibilidad de participar públicamente no hay libertad. Por eso no siempre ha habido libertad (ni espacio público). Eso es algo que inventaron los griegos.

Por otro lado hacer uso del espacio público es hacer política. Ser libre es poder hacer política.

La libertad no es el fin de la política, sino su posibilidad.

Los países o una sociedad pueden sobrevivir sin política y sin libertad. Es decir la libertad y la política no son necesarias, porque pueden no existir.

¿Es necesaria la libertad? No. La libertad es buena, es hermosa, pero no es necesaria. Si no comemos morimos, por lo tanto comer es necesario. Pero podemos vivir sin libertad. Las mujeres, ¿cuánto tiempo han sobrevivido sin la libertad? Y sobrevivieron. Pero no fueron libres, si por libres entendemos ocupar el espacio público, poder decidir, tomar decisiones propias y públicamente, tomar la iniciativa, sugerir, proponer, oponerse, revelarse.

Si la libertad no es necesaria es efímera, puede desaparecer. Por eso es importante valorarla y cuidarla.

Pensar no hace libres, lo que nos hace libres es actuar. Y actuar en la esfera pública: hablando, tomando la palabra, decidiendo, tomando iniciativas, participando de una marcha., etc. Si me quedo en mi casa encerrado mirando la tele, no soy libre, si una mujer se queda en su hogar planchándole la ropa a su marido y cocinándole para que cuando regrese tenga todo servido, esa mujer no es libre, o no está haciendo uso de su libertad.

El pensamiento siempre es libre, pero otra cosa es ser libre uno, p. ej emitiendo un juicio, diciendo lo que pensamos públicamente, en ese momento nos “exhibimos”. El pensamiento puede ser en la oscuridad, pero la acción es en la esfera pública.


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