martes, 24 de octubre de 2017

¿Qué son las ideas?






Actualmente entendemos que una idea es una representación mental generada por el pensamiento, es como una "imagen", pero no visual, sino mental de las cosas. Podemos "contemplar" las ideas, no por la vista, sino por la razón. Sin embargo el concepto de idea fue cambiando a través del tiempo.

Para Platón las ideas eran entidades reales, es decir, no existían solo en nuestra mente, sino en la realidad misma. Él llamaba "mundo inteligible" al lugar que las ideas habitaban, un mundo que los hombres solo podían llegar a vislumbrar por el uso de su razón.

Según Platón, las ideas existen independientemente de nuestra imaginación o nuestro entendimiento, y son previas a toda experiencia (e incluso previos al mundo físico, o sensible). Las ideas eran para Platón una especie de "moldes" de las cosas. Así, por ejemplo, como una casa se hace a partir de un plano, y podemos decir que la casa se "materializa", así también cada una de las cosas de este mundo es una materialización de una idea previa. Existe un molde (o un plano) de árbol, existe un molde (o idea) de hombre, existe un molde de bien, otro de justicia, otro de belleza, y así con todas las cosas.
 

Por lo tanto, si queremos conocer la realidad más profunda de las cosas, no debemos quedarnos en su imagen o apariencia, sino que debemos advertir qué idea está materializando o copiando. Es decir, debemos conocer el original, no la copia. Y para esto no nos sirven los sentidos, sino la razón.

Aristóteles, discípulo de Platónmantuvo esta relación entre las ideas y la realidad, pero con algunas salvedades. Las ideas no son para Aristóteles cosas existentes independientemente de nosotros y de la experiencia, sino que se generan a partir de la observación sensible y de abstracción. Es esta última (una actividad racional) la que permite olvidar las diferencias y dar con las "formas" generales de las cosas. Dos perros de distinto color, raza, altura, son perros porque comparten ciertas características esenciales. Esas características que hacen que un perro sea perro y no sea gato es lo que Aristóteles llama "forma". Por lo tanto, a pesar de la enorme diferencia entre su concepción y la de su maestro, mantiene una idea similar del conocimiento: tiene que haber cierta correlatividad entre lo que se piensa y algo que la cosa tiene y esconde, está presente pero no es visible; algo de lo cual la cosa "participa" (llámese forma o esencia). 

En la modernidad, con Descartes, el término pierde su contenido ontológico y pasa a significar un "contenido mental" (Idealismo). Este contenido podía no corresponder con lo que las cosas son, sin embargo, no por ello carece de valor. Yo "soy", yo "existo" es una certeza inmediata que tiene el sujeto, y esto no precisa ser corroborado ni comparado con ningún objeto.


Para Descartes hay algunas otras cosas que se pueden conocer sin necesidad de recurrir a la experiencia sensible, ni compararlo con nada, como por ejemplo: Dios. Qué Dios existe es indudable para Descartes, y no por haberlo visto. Simplemente siguiendo las leyes de la lógica y el razonamiento podemos llegar a la conclusión que Dios existe. 


El argumento de Descartes  es puramente lógico: ¿cómo puede un ser imperfecto y finito crear un ser perfecto e infinito?. Su idea está en mi, pero no puedo haberla obtenido de la experiencia, ni mucho menos haberla creado. Por lo tanto es una idea innata. Según Descartes, todos nacemos con la idea de Dios en nuestras mentes, y esta idea no puede ser falsa, ya que por definición Dios es perfecto, y a lo perfecto no le puede faltar la existencia. De esta manera Descartes inaugura una filosofía racional y subjetiva.  


Para los empiristas modernos, en cambio, las ideas son un conglomerado de sensaciones. El hombre nace como una “hoja en blanco” sobre la cual se van inscribiendo los distintos conocimientos a partir de su propia experiencia. Locke criticó las ideas innatas de Descartes argumentando que el hombre, para conocer, necesita en primer instancia percibir. No hay nada en la mente del hombre que no haya estado antes en los sentidos.

Siguiendo esta línea, Hume definió las ideas como fenómenos psíquicos reproducidos, es decir, representaciones mentales que nos hacemos de aquello que ya hemos percibido. Pero en el fondo, lo real solo es lo vivido en el presente, las impresiones. Por eso pretender conocer lo que no percibimos es una locura. De ahí que pensara que cualquier libro que contuviera ideas sobre cosas que no podemos percibir merece ser tirado "a las llamas". 

Según el filósofo alemán Kant las ideas son una parte constitutiva de la razón, y sirven para regular nuestros conocimientos. En la teoría de Kant no podríamos tener experiencias (ni conocimiento) si el entendimiento no ordenara conceptualmente las sensaciones provenientes del exterior. El entendimiento ordena, sintetiza, agrupa las sensaciones alojadas en la conciencia, en base a conceptos (unidad, causa, sustancia, etc) y aspira síntesis cada vez mayores. Cuando estos conceptos no se atienen a los datos sensibles pegan un salto y llegan a las síntesis máximas, las ideas fundamentales de la metafísica: Dios, alma y mundo

Tiempo después Nietzsche sostuvo que todo era “humano, demasiado humano”. Las ideas no son entes preexistentes al hombre. Tampoco una parte constitutiva de la razón, ni fruto de la inteligencia, sino un producto de la voluntad. Es la Voluntad de poder lo que encontramos detrás de las grandes ideas de la humanidad (Dios, alma, inmortalidad, bien, mal, etc.). Todas creaciones humanas que se han impuesto a la fuerza y que con el paso del tiempo se han creído existentes en sí mismas.

Hasta aquí un recorrido por algunas teorías de algunos de los más grandes filósofos. Platón y Aristóteles, dos griegos de la antigüedad, que identifican las ideas con la realidad; Descartes y los empiristas, representando a la modernidad, época que culmina con el idealismo y la afirmación de las ideas como un producto subjetivo, o como un fenómeno de conciencia;  y finalmente Nietzsche, el filósofo que pone patas para arriba la filosofía tradicional y encuentra en la raíz de toda idea una voluntad,  no una voluntad de saber, sino una voluntad de poder.





Un mejor recorrido histórico podrán encontrar en el diccionario de Ferrater Mora


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