Bailando en el abismo
¿Qué es filosofía?
¿Qué es la filosofía? es ya una pregunta filosófica. Si recurrimos a los filósofos vamos a encontrar que difícilmente se pongan de acuerdo sobre lo que es, sobre cuál es su finalidad o para qué sirve. En esta entrada proponemos echar un vistazo a lo que algunos filósofos dicen acerca de la filosofía. La intención no es dar una definición acabada ni privilegiar alguna definición sobre otra. Por el contrario, creemos que la riqueza de la filosofía se encuentra en la variedad de ideas y en las posibilidades que esta nos ofrece de sacar nuestras propias conclusiones.
Fernando Savater
"Antes de llegar a saber, filosofar es defenderse de quienes creen saber y no hacen sino repetir errores ajenos. Aún más importante que establecer conocimientos es ser capaz de criticar lo que conocemos mal o no conocemos aunque creamos conocerlo: antes de saber por qué afirma lo que afirma, el filósofo debe saber al menos por qué duda de lo que afirman los demás o por qué no se decide a afirmar a su vez. Y esta función negativa, defensiva, crítica, ya tiene un valor en sí misma, aunque no vayamos más allá y aunque en el mundo de los que creen que saben el filósofo sea el único que acepta no saber pero conoce al menos su ignorancia."
Fernando Savater, Las preguntas de la vida
Michel Foucault
"Hay momentos en la vida en que la cuestión de saber si se puede pensar distinto de cómo se piensa y percibir distinto de cómo se ve es indispensable para seguir contemplando o reflexionando."
"¿Qué es la filosofía hoy (quiero decir la actividad filosófica) sino el trabajo crítico del pensamiento sobre sí mismo? ¿Y si consiste, en vez de legitimar lo que ya se sabe, en emprender el saber cómo y hasta dónde sería posible pensar distinto?"
"Se trata de la curiosidad, esa única especie de curiosidad, por lo demás, que vale la pena de practicar con cierta obstinación: no la que busca asimilar lo que conviene conocer, sino la que permite alejarse de uno mismo"
Michel Foucault, El Uso de los Placeres, 1984
Nietzsche
“Un filósofo: es un hombre que constantemente vive, ve, oye, sospecha, espera, sueña cosas extraordinarias. Alguien a quien sus propios pensamientos le golpean como desde fuera, como desde arriba y desde abajo, constituyendo su especie particular de acontecimientos y rayos. Acaso él mismo sea una tormenta que camina grávida de nuevos rayos, un hombre fatal rodeado siempre de truenos y gruñidos y aullidos y acontecimientos inquietantes. Un filósofo: ay, un ser que con frecuencia huye de sí mismo, que con frecuencia tiene miedo de sí, pero que es demasiado curioso para no volver a sí una y otra vez…” Nietzsche, Más allá del Bien y del Mal
"Los filósofos ya no deben darse por satisfechos con aceptar los conceptos que se les dan para limitarse a limpiarlos y a darles lustre, sino que tienen que empezar por fabricarlos, crearlos, plantearlos y convencer a los hombres de que recurran a ellos." Nietzsche, Fragmentos Póstumos
"Que un hombre así haya escrito es cosa que ha aumentado realmente el gozo de vivir en este mundo. Por mi parte al menos, desde que conocí a este espíritu libre y fuerte como ningún otro, no puedo decir de él sino lo que él mismo dice de Plutarco: apenas he lanzado una mirada en él y ya me han crecido una pierna o un ala". Nietzsche, Schopenhauer como educador
Michel Onfray; Cinismos:
"¿Qué puede ofrecernos un hombre que ha dedicado todo su tiempo a filosofar sin haber inquietado nunca a nadie"
Heidegger; Introducción a la filosofía
André Comte-Sponville“Quien, desde el comienzo, está contento de sí mismo, no necesita la filosofía. Tampoco quien, aun cuando esté descontento, renuncie a cambiarse. Tomar la decisión de filosofar (sí, esto se decide: basta con quererlo) es siempre impugnar el fatalismo del propio carácter, del propio temperamento, de las propias angustias, del propio inconsciente, de las propias pasiones: del propio cuerpo. Este cuerpo es yo. Filosofar es no resignarse a sí mismo, o no por completo. No aceptarse como destino.”
Russell
"El hombre que no tiene ningún barniz de filosofía va por la vida prisionero de los prejuicios que derivan del sentido común, de las creencias habituales de su tiempo y su país (...) sin el consentimiento deliberado de su razón.
El disminuir nuestro sentimiento de certeza sobre lo que las cosas son aumenta en alto grado nuestro conocimiento de lo que pueden ser (...) y guarda vivo nuestro sentido de la admiración, presentando los aspectos familiares en un aspecto no familiar"
Walter Kohan
"La filosofía se escenifica en el teatro del mundo (…) Este teatro ofrece actualmente un espectáculo al que asistimos entre atónitos y desengañados, entre fascinados e incrédulos. Pero esta realidad a la que asistimos como espectadores no termina de clausurar nuestras inquietudes más profundas, sino que suele instalar, por lo menos, una sospecha. Entre la sorpresa y el escepticismo se desliza un descontento o una molestia que abre interrogantes. Se origina una perturbación que genera curiosidad (¿por qué esto?).
La filosofía como crítica radical es la superación de la inmovilidad a que conduce la aceptación acrítica de esas percepciones e interpretaciones, la contemplación pasiva del estado de las cosas. Es la puesta en cuestión de los supuestos y fundamentos de estos ordenamientos, removiéndolos, movilizándolos, mostrando su contingencia y arbitrariedad (...) El impulso primero de nuestra filosofía -y la de un Heráclito, un Sócrates o un Foucault- es el intento de superar la fijeza e inmovilidad que presenta cualquier orden establecido."
Cerletti y Kohan, La filosofía en la escuela, Un panorama actual
Deleuze
“Cuando alguien pregunta para qué sirve la filosofía, la respuesta debe ser agresiva ya que la pregunta se tiene por irónica y mordaz. La filosofía no sirve al Estado, ni a la Iglesia, que tienen otras preocupaciones. No sirve a ningún poder establecido. La filosofía sirve para entristecer. Una filosofía que no entristece o no contraría a nadie no es una filosofía. Sirve para detestar la estupidez, hace de la estupidez una cosa vergonzosa. Sólo tiene un uso: denunciar la bajeza en todas sus formas. ¿Existe alguna disciplina, fuera de la de filosofía, que se proponga la crítica de todas las mixtificaciones, sea cual sea su origen y su fin? Denunciar todas las ficciones sin las que las fuerzas reactivas no podrían prevalecer. Denunciar en la mixtificación esta mezcla de bajeza y estupidez que forma también la asombrosa complicidad de las victimas y de los autores. En fin, hacer del pensamiento algo agresivo, activo, afirmativo. Hacer hombres libres, es decir, hombres que no confunden los fines de la cultura con el provecho del Estado, la moral, y la religión. Combatir el resentimiento, la mala conciencia, que ocupan el lugar del pensamiento. Vencer lo negativo y sus falsos prestigios. ¿Quien, a excepción de la filosofía, se interesa por todo esto?. La filosofía como crítica nos dice lo más positivo de sí misma: empresa de desmitificación. Y, a este respecto, que nadie se atreva a proclamar el fracaso de la filosofía. Por muy grandes que sean la estupidez y la bajeza serían aún mayores si no subsistiera un poco de filosofía que, en cada época, les impide ir todo lo lejos que quisieran…pero ¿quién a excepción de la filosofía se lo prohíbe?" Deleuze, Nietzsche y la filosofía
Franz Rosenzweig:
"La filosofía es la enfermedad del sentido común"
Gustavo Santiago; Intensidades Filosóficas:
"La filosofía no se construye sobre saberes, sino sobre ignorancias. Quien cree saber no busca el saber. De este modo, cualquier persona está en condiciones de ingresar a la filosofía, no necesita acreditar saberes previos"
Rafael Gambra
"Se dice que una de las cosas impulsa a los hombres a filosofar es la admiración, y si hay algo una que no deja de asombrarnos es el simple hecho de existir o, más aún, de que exista todo un mundo. ¿Cómo se creó el universo? ¿Cuál es el origen de todas las cosas? ¿Por qué existe el mundo, en lugar de no haber nada? Preguntas como estas son las que el hombre se ha hecho desde los orígenes de los tiempos."
"El concepto de filosofía permanece aún hoy bastante oscuro para la generalidad de los hombres (...) La filosofía es, sin embargo, la actividad más natural del hombre, y la actitud filosófica, la más propiamente humana. Imaginemos a un hombre que salió de su casa y ha sufrido un accidente en la calle a consecuencia del cual perdió el conocimiento y fue trasladado a una clínica o a una casa inmediata. Cuando vuelve en sí se encuentra en un lugar que le es desconocido, en una situación cuyo origen no recuerda. ¿Cuál será su preocupación inmediata, la pregunta que enseguida se hará a sí mismo o a los que le rodean? No será, ciertamente, sobre la naturaleza o utilidad de los objetos que ve a su alrededor, ni sobre las medidas de la habitación o la orientación de su ventana. Su pregunta será una pregunta total: ¿qué es esto? O, mejor, una que englobe su propia situación: ¿dónde estoy?, ¿por qué he venido aquí?
Pues bien, la situación del hombre en este mundo es en un todo semejante. Venimos a la vida sin que se nos explique previamente qué es el lugar a dónde vamos ni cuál habrá de ser nuestro papel en la existencia.
Tampoco se nos pregunta si querernos o no nacer. Cierto que, como no nacemos en estado adulto sino que en la vida se va formando nuestra inteligencia; al mismo tiempo nos vamos acostumbrando a las cosas, a verlas como lo más natural e indigno de cualquier explicación. A los primeros e insistentes ¿por qué? de nuestra niñez responden nuestros padres como pueden, y el inmenso prestigio que poseen para nosotros de una parte, y la oscura convicción que tiene el niño de no estar en condiciones de llegar, a entenderlo todo, de otra, nos hacen aceptar fácilmente una visión del Universo que, en la mayor parte de los casos será definitiva e inconmovible.
Sin embargo, si adviniéramos, al mundo en estado adulto, nuestra perplejidad sería semejante a la del hombre que, perdido el conocimiento, amaneció en un lugar desconocido. Si este mundo que nos parece tan natural y normal fuera de un modo absolutamente distinto nos habituaríamos a él con no menor dificultad.
Llegada la inteligencia a su estado adulto suele, en algún momento al menos, colocarse en el punto de vista del no habituado, de su nesciencia profunda frente al mundo y a sí mismo. En ese instante está haciendo filosofía."
Rafael Gambra; Historia Sencilla de la Filosofía"
Jostein Gaarder, El mundo de Sofía
"La mejor manera de aproximarse a la filosofía es plantear algunas preguntas filosóficas: ¿Cómo se creó el mundo? ¿Existe alguna voluntad o intención detrás de lo que sucede? ¿Hay otra vida después de la muerte? ¿Cómo podemos solucionar problemas de ese tipo? Y, ante todo: ¿cómo debemos vivir?
En todas las épocas, los seres humanos se han hecho preguntas de este tipo (...) En realidad, no son tantas las preguntas filosóficas que podemos hacernos. Ya hemos formulado algunas de las más importantes. No obstante, la historia nos muestra muchas respuestas diferentes a cada una de las preguntas que nos hemos hecho (...) . No se puede consultar una enciclopedia para ver si existe Dios o si hay otra vida después de la muerte. La enciclopedia tampoco nos proporciona una respuesta a cómo debemos vivir. No obstante, a la hora de formar nuestra propia opinión sobre la vida, puede resultar de gran ayuda leer lo que otros han pensado.
¿Dije ya que lo único que necesitamos para ser buenos filósofos es la capacidad de asombro? Si no lo dije, lo digo ahora: LO ÚNICO QUE NECESITAMOS PARA SER BUENOS FILÓSOFOS ES LA CAPACIDAD DE ASOMBRO. Todos los niños pequeños tienen esa capacidad. No faltaría más. Pero conforme van creciendo, esa capacidad de asombro parece ir disminuyendo. ¿A qué se debe?
Para los niños, el mundo —y todo lo que hay en él— es algo nuevo, algo que provoca su asombro. No es así para todos los adultos. La mayor parte de los adultos ve el mundo como algo muy normal. Precisamente en este punto los filósofos constituyen una honrosa excepción. Un filósofo jamás ha sabido habituarse del todo al mundo. Para él o ella, el mundo sigue siendo algo desmesurado, incluso algo enigmático y misterioso.
Jostein Gaarder; El mundo de Sofía.
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