lunes, 31 de julio de 2017

Maquiavelo, malos clavos

“Creo que debemos sacarnos de encima la idea 
de un eslabón analítico o necesario entre la ética
 y otras estructuras sociales, políticas y económicas”
 Michel Foucault

Resultado de imagen para maquiaveloEl apellido Maquiavelo promete ya algo maldito. Se dice que la insignia de la familia era una cruz de color azul, en cuyas cuatro axilas se hunden cuatro clavos. Esa figura representa los cuatro clavos que fijaron a Cristo en su cruz. Maclavelus sería un compuesto de malus clavus, con lo cual Maquiavelo significaría malos clavos. Nicolás Malosclavos. Son los clavos oxidados que sostienen la teoría política moderna.

Dice Marcelo Pompei en Maquiavelo o el espejo de tinta:

“Maquiavelo es un finísimo y sagaz insecto intelectual deslizándose por los intersticios de la corte. Maquiavelo no es un filósofo saludable, una buena conciencia al servicio de la castidad ética de los hombres; es un filósofo en función, un filósofo funcionario por naturaleza.”

La reputación de escritor malvado e impío, hizo que sus obras pasaran a la lista de los libros prohibidos por la iglesia.

Mientras sus obras eran censuradas en toda Europa, en Inglaterra reinaba el Rey Enrique VIII, el que mandó a cortar la cabeza a sus seis esposas, así como la de sus amigos, consejeros y aquellos funcionarios que formaban parte del senado y eran sospechosos de alta traición. El mismo que se separó de la iglesia católica romana, saqueó y quemó sus monasterios ingleses y se autoproclamó como jefe supremo de la iglesia de Inglaterra. 
Por entonces comenzó a decirse que el Rey Enrique VIII gobernaba de forma maquiavélica. El maquiavelismo pasó a ser un calificativo censurable, malvado y diabólico.





Maquiavelo, además de filosofo (o mejor aún, antes que filósofo) era funcionario político. Trabajó en la corte durante 14 años, hasta que los Medici tomaron el poder. Entonces fue destituido de su cargo, enjaulado y sometido a golpes de cuerda. Al respecto dice en una carta:

“he soportado con tanta entereza que estoy orgulloso de mí y me parece que soy más fuerte de lo que creía”

Luego de ser liberado escribe a varios contactos para que lo ayuden a conseguir algún puesto político. No le importaba para quien tenga que trabajar, solo le importaba la acción “no soporta la quietud de la naturaleza, prefiere el suelo de la corte. El poder es su mirra” (M. Pompei)

Sin resultados, lejos de la corte y de los asuntos políticos, se retira a sus tierras, donde tenía un bosque (único capital) y comienza a talar árboles para sobrevivir. Allí trabaja junto a los leñadores y luego se divierte en tertulias junto a gente de pueblo. Pero al llegar la noche regresa a su casa para revivir el pasado. En una carta del 10 de diciembre de 1513 escribe:

"Llegada la noche, vuelvo a casa y entro en mi escritorio; en su puerta me despojo de la ropa cotidiana, llena de barro y mugre, y me visto con paños reales y curiales; así, decentemente vestido, entro en las viejas cortes de los hombres antiguos, donde acogido con amabilidad, me sirvo de aquellos manjares que son sólo míos y para los cuales he nacido. Estando allí no me avergüenzo de hablar con tales hombres, interrogarles sobre las razones de sus acciones, y esos hombres por su humanidad me responden (…) durante cuatro horas no siento fastidio alguno, me olvido de todos los contratiempos; no temo a la pobreza ni temo a la muerte"

También comenta que ha tomado nota de todo lo que pudo aprender de estos hombres ilustres. Esas anotaciones formarán parte de su obra más completa, los Discorsi… pero en medio de este trabajo también escribe una pequeña obra: El Príncipe.


Maquiavelo por Stefano Ussi



Algunas frases  maquiavélicas


Nunca intentes ganar por la fuerza lo que puede ser ganado por la mentira.

Un príncipe nunca carece de razones legítimas para romper sus promesas.

El primer método para estimar la inteligencia de un gobernador es mirar los hombres que tiene a su alrededor.

El vulgo se deja seducir siempre por la apariencia y el éxito.

Si quien gobierna no reconoce los males hasta que los tiene encima, no es realmente sabio.

Un cambio siempre deja el camino abierto para el establecimiento de otros.

La promesa dada fue una necesidad del pasado; la palabra rota es una necesidad del presente.

La mejor fortaleza que un príncipe puede poseer es el afecto de su gente.

El león no puede protegerse de las trampas y el zorro no puede defenderse de los lobos. Uno debe ser por tanto un zorro para reconocer trampas y león para asustar a los lobos.

Los hombres se conducen principalmente por dos impulsos; o por amor o por miedo.

Los hombres ofenden antes al que aman que al que temen.

Es mejor ser amado que temido, sino puedes ser ambos.

Los hombres rara vez tienen el valor suficiente para ser o extremadamente buenos o extremadamente malos.

No hay nada más difícil de emprender, ni más dudoso de hacer triunfar, ni más peligroso de administrar que la elaboración de un nuevo orden.

Ante todo, ármate.

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