martes, 20 de noviembre de 2018
Bibliografía para mesas de examen 2018
Qué es la filosofía?
http://mirartambienespensar.blogspot.com/2016/01/el-mundo-de-sofia.html
https://www.youtube.com/watch?time_continue=191&v=1hQkCXQ07V4
El relativismo
http://mirartambienespensar.blogspot.com/2015/07/los-sofistas-y-el-relativismo.html
Sócrates
¿Quien fue?
http://mirartambienespensar.blogspot.com/2016/06/socrates-solo-se-que-no-se-nada-470.html
Su método
http://mirartambienespensar.blogspot.com/2016/06/el-metodo-socratico.html
Su sabiduría
http://mirartambienespensar.blogspot.com/2016/02/socrates-solo-se-que-no-se-nada.html
II) El conocimiento
Platón, la alegoría de la caverna, doxa y episteme
http://mirartambienespensar.blogspot.com/2016/06/la-alegoria-de-la-caverna.html
Nietzsche, el conocimiento como invento
http://mirartambienespensar.blogspot.com/2016/07/el-conocimiento-ese-gran-invento.html
III) Ética
A) Las escuelas éticas griegas y el problema de la felicidad (cinicos, estoicos y hedonistas)
http://mirartambienespensar.blogspot.com/2015/08/los-estoicos.html
http://mirartambienespensar.blogspot.com/2015/08/el-hedonismo.html
http://mirartambienespensar.blogspot.com/2015/08/los-cinicos.html
B) Kant Vs. el utilitarismo
http://mirartambienespensar.blogspot.com/2016/02/la-etica-del-utilitarismo.html
http://mirartambienespensar.blogspot.com/2015/08/kant-y-la-etica-del-debe.html
IV) Estética: el arte y la belleza
La belleza
https://mirartambienespensar.blogspot.com/2017/10/puede-la-belleza-ser-objetiva.html
EL arte
http://mirartambienespensar.blogspot.com/2016/10/que-es-el-arte-el-renacimiento-y-el.html
http://mirartambienespensar.blogspot.com/2016/10/que-es-el-arte-teoria-institucional.html
V) Política
Hobbes y el contrato social
http://mirartambienespensar.blogspot.com/2016/08/thomas-hobbes_30.html
Marx y el hombre alienado
http://mirartambienespensar.blogspot.com/2016/08/marx-y-el-hombre-alienado.html
http://mirartambienespensar.blogspot.com/2016/03/marx.html
VI) Historia
Marx y el materialismo historico
http://mirartambienespensar.blogspot.com/2016/03/un-fantasma-recorre-europa.html
lunes, 19 de noviembre de 2018
¿Los otros nos constituyen?
En segundo lugar proponemos la lectura de tres capítulos de "la filosofía, una invitación a pensar", de Jaime Barilko. Estos capítulos están dedicados a Heidegger, Sartre y Buber. Cada uno de ellos ha sabido ver la importancia que tienen "los otros" en nuestra vida.
A.Carpio, Principios de filosofía.
Hegel, por su parte, asume las dificultades señaladas por Hume y Kant, pero además considera que la existencia de las cosas en sí o substancias tiene otro inconveniente: el de convertir el conocimiento en algo relativo. Este inconveniente lo había reconocido Kant, en la medida en que afirmaba que nuestro conocimiento es fenoménico, es decir, que sólo se conoce lo que "aparece" (fenómeno) en relación con las condiciones subjetivas (humanas) del conocimiento, no nada absoluto. Hegel es más radical, porque admitir, como Kant, que hay algo en sí, pero que no lo conocemos como tal, sino sólo como se nos muestra, significa a su juicio, en el fondo, convertir el conocimiento en algo relativo, en una palabra, en pura ilusión. La hipótesis de las cosas en sí o substancias es pues fatal para el conocimiento: en tanto se mantenga tal hipótesis, el conocimiento será forzosamente relativo.
Pero esto último es, para Hegel, inaceptable: si un conocimiento es relativo, no es conocimiento en el sentido pleno de la palabra, sino simulacro de conocimiento; tal "conocimiento" relativo no puede ser la verdadera Ciencia, la filosofía.
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J. Barylko, La filosofía, una invitación a pensar
Se puede acceder al libro completo en la siguiente página:
https://es.slideshare.net/anich/barylko-jaime-la-filosofa-una-invitacin-apensar?from_action=save
domingo, 11 de noviembre de 2018
Freire y la batalla cultural
La pedagogía del oprimido es una pedagogía para la liberación, como el mismo Freire dice que pasará a llamarse una vez que los oprimidos comiencen su praxis liberadora. Esta praxis debe comenzar con la toma de conciencia de los oprimidos de su condición de oprimidos y de las estructuras en las que se encuentran inmersos.
Siguiendo
a Marx, Freire sostiene que los oprimidos son los únicos que lograrán recuperar
la humanidad perdida. A los oprimidos no se los puede liberar desde fuera,
porque que sería seguir tratándolos como objetos. Por otro lado, los opresores,
que también perdieron su humanidad, jamás abandonaran sus privilegios. Por lo
tanto, los oprimidos tienen que liberarse a sí mismos. El propio Freire dice: “es
necesario (…) que su convencimiento sobre la necesidad de luchar (…) no le sea
donado por nadie”
La
preocupación de Freire es social y política, siente la necesidad de cambiar el
mundo, de recuperar la humanidad. Es la misma que la de muchos revolucionarios.
Pero su particularidad es que entiende que el primer escenario de esta lucha es
la educación. En este sentido su preocupación es pedagógica, y su pedagogía
una herramienta para la liberación.
En
el primer capítulo de la “Pedagogía del oprimido” advierte que muchos de los
hombres que han querido cambiar el sistema de opresión provenían de un mundo
más cercano al de los opresores que al de los oprimidos. Freire menciona a Lukács,
quien basándose en Marx dice que el revolucionario debe “explicar a las masas su propia
acción”. Este es uno de los errores más comunes de parte de los
intelectuales que quieren cambiar las cosas, se acercan al pueblo para decirles
cómo actuar; se acercan, pero no se mezclan, dice Freire, les hablan, pero no los
escuchan. Por eso:
“Decirse comprometido con la liberación y no
ser capaz de comulgar con el pueblo, a quien continúa considerándolo
absolutamente ignorante, es un doloroso equívoco”
Por
el contrario, Freire sostiene:
“Un revolucionario se
reconoce más por su creencia en el pueblo que lo compromete que por mil
acciones llevadas a cabo sin él”
El
gran error de los revolucionarios de los que habla Freire proviene de las ideas
de la ilustración. Estas ideas penetraron en cada país subdesarrollado con el
avance del capitalismo, en Argentina bajo el lema “civilización o barbarie”. Los civilizados, es decir, aquellos que
conocían la cultura europea debían civilizar a los incultos y bárbaros gauchos
y aborígenes. Freire, quien llevó adelante el mayor proyecto de alfabetización
en Brasil, comprendió que toda comunidad tiene su propia cultura, y por lo
tanto toda educación debe ser una construcción conjunta, no una conquista.
Los
revolucionarios de todas las épocas entendieron lo importante que es que los
oprimidos estén convencidos de luchar por su liberación, pero para lograrlo
utilizaron métodos que son propios del opresor. Pero no se puede generar
conciencia de clase con “la propaganda, el dirigismo, la manipulación” no sirven para generar conciencia,
sino para la dominación. Para la revolución, en cambio, es necesaria una
pedagogía tal como la entiende Freire, como una creación conjunta:
“el problema no radica
solamente en explicar a las masas, sino en dialogar con ellas sobre su acción”
Esta
pedagogía es dialógica y crítica. Es a través del diálogo, a través de la
propia voz y la propia palabra de los oprimidos que surgirá la conciencia
crítica y liberadora, lo cual implica ya una praxis liberadora:
“Estamos convencidos de
que la reflexión, si es verdadera reflexión, conduce a la práctica”
De
la conciencia del opresor a la conciencia de clase
Freire
entiende que los oprimidos, tras haber internalizado la opinión que los
opresores tienen de él, terminan autodesvalorizándose. Su conciencia se vuelve
un eco de la conciencia del opresor, entonces se creen brutos, ignorantes,
vagos, incapaces, etc., y terminan adoptando una relación “dependiente” con el
opresor. Este es el punto más vulnerable del oprimido, y el primero que hay que
atacar.
Tal
como lo advirtiera Marx, la religión, en tanto parte de la ideología dominante,
cumple una gran función:
Dentro del mundo mágico o
mítico en que se encuentra la conciencia oprimida, sobre todo la campesina,
casi inmersa en la naturaleza, encuentra, en el sufrimiento, producto de la
explotación de la que es objeto, la voluntad de Dios.
El
primer problema que se les presenta a los oprimidos es que son seres duales,
porque han internalizado esta conciencia del opresor, su ideología, su forma de
ser, de comportarse y sus deseos. De ahí que surja “una atracción irresistible por el
opresor”:
Participar de esos
patrones constituye una aspiración incontenible. En su enajenación quieren, a
toda costa, parecerse al opresor, imitarlo, seguirlo. Esto se verifica, sobre
todo, en los oprimidos de los estratos medios, cuyo anhelo es llegar a ser
iguales al “hombre ilustre” de la denominada clase superior. (59)
Generalmente,
dice Freire, ni bien los oprimidos toman cierta conciencia de su condición de
oprimidos, lo primero que buscan es convertirse en opresores, “en
vez de buscarla liberación a través de la lucha” (39). Esto se debe a
la estructura de su pensamiento, a que aún no ha identificado al opresor dentro
de sí. Por eso dice Freire que el oprimido es un ser dual, y que la primera
batalla es consigo mismo:
“Su lucha se da entre ser ellos mismos o ser
duales, entre expulsar o no al opresor desde dentro de sí” (42).
Sin
embargo
“su adherencia al opresor no le
posibilita la conciencia de sí como personas, ni su conciencia de clase
oprimida” (39)
La
liberación de la clase oprimida nunca será posible si el oprimido mismo no
expulsa al opresor que hay dentro de sí, si no renuncia a su deseo de dejar de
ser oprimido convirtiéndose en opresor. Convirtiéndose el oprimido en opresor
no se recupera la humanidad, no se trasforma la realidad. Expulsar la conciencia del opresor
posibilitará la toma de conciencia de sí, a través de la toma de conciencia de
clase. La única posibilidad de libertad, en otras palabras, es una revolución
que rompa con las estructuras, de manera que ya no haya ni oprimidos ni
opresores.
Los
riesgos de la liberación
La
liberación implica un riesgo, porque implica un cambio de estructuras. Incluso
el oprimido puede sentir cierta comodidad, cierta seguridad, dentro de las
estructuras actuales.
El
funcionamiento de la estructura (o el sistema) hace que la violencia del
oprimido pase desapercibida, mientras la violencia del oprimido por liberarse
es visibilizada, juzgada y castigada.
La
opresión pasa desapercibida porque se encuentra en las estructuras de la
sociedad, además es continua, forma parte de la tradición y las costumbres, se
encuentra reglamentada y llega a internalizarse en la conciencia de los
oprimidos (lo que Marx llama ideología, Bourdieu “violencia simbólica”, y
Gramsci “hegemonía”)
Por
esta misma razón mientras la opresión de los opresores es estructural y parece
necesaria para mantener el orden, la liberación por el contrario toma un
carácter diabólico: viene a destruir el funcionamiento ordinario, va en contra
de lo establecido, incluso de las leyes (construidas por los mismos opresores).
Además,
este cambio de las estructuras no parece
necesario, porque las cosas funcionan “más o menos bien”, y por el contrario,
sin ellas se pone a toda la sociedad en peligro. “La propia funcionalidad mecánica
e inconsciente de la estructura es mantenedora de sí misma, y por lo tanto de
la dominación” dice José Luis
Fiori (citado por Freire).
En
otras palabras, la opresión forma parte de un mecanismo previo, un mecanismo
que funciona “solo”, que no precisa cambios ni grandes esfuerzos. La liberación
en cambio requiere esfuerzo, sacrificio y valor. Se equivocó Marx cuando dijo
que los proletariados no tenían nada que perder. Incluso sin libertad y bajo un
sistema de dominación hay ciertas comodidades y ciertas seguridades.
La
necesidad de la violencia
La
libertad es una conquista y no una donación (40). La liberación
requiere una acción violenta, porque los opresores no van a ceder sus
privilegios. Estos privilegios están naturalizados incluso por los mismos
oprimidos (designio divino, mérito, etc.)
Freire
defiende la violencia de los oprimidos, porque entiende que es la única manera
de romper con las estructuras instauradas por los opresores, estructuras que
como vimos naturalizan la violencia escondida de los opresores.
Además,
la violencia de los oprimiros permitiría que los hombres (tanto opresores como
oprimidos) recobren la humanidad:
Es en la respuesta de los
oprimidos a la violencia de los opresores donde encontraremos un gesto de amor.
Consciente o inconscientemente el acto de rebelión de los oprimidos, que
siempre es tan o casi tan violento cuanto la violencia que los genera, este
acto de los oprimidos sí puede instaurar amor.
Es
importante la diferencia que hace Freire entre la violencia de los oprimidos y
la de los opresores:
Mientras la violencia de
los opresores hace de los oprimidos hombres a quienes se les prohíbe ser, la
respuesta de estos a la violencia de aquellos se encuentra infundida del anhelo
de búsqueda del derecho de ser. (52)
El fin del sadismo es
convertir un hombre en cosa, algo animado en algo inanimado, ya que mediante el
control completo y absoluto el vivir pierde una cualidad esencial de la vida:
la libertad. (56)
Los
oprimidos, bajo el yugo de los opresores no pueden ser, pierden lo más preciado
de la humanidad: su libertad, se convierten en cosas, en herramientas, en
medios para los fines de los opresores, tal es así que ni siquiera tienen
finalidad:
Los oprimidos, como
objetos, como “cosas”, carecen de finalidades. Sus finalidades son aquellas que
les prescriben los opresores. (57)