miércoles, 10 de agosto de 2016

Marx y el hombre alienado

Adolfo Carpio, Principios de Filosofía, Cap. XII, El Materialismo Histórico, Marx -adaptación-



Unos de los conceptos más emblemáticos de Marx es el de enajenación. Este a la vez, viene unido de una concepción muy particular que tenía  del trabajo y del propio hombre. En esta entrada proponemos un análisis de estos conceptos a partir de la lectura del capítulo que dedica A. Carpio sobre la filosofía de Marx, y algunos fragmentos de los Manuscritos Económicos Filosóficos  y El Capital, del propio Marx. 
Según Marx  lo que diferencia al hombre de los animales es el trabajo:
“el hombre mismo se diferencia de los animales a partir del momento en que comienza a producir sus medios de vida.”
Es cierto que también el animal "trabaja", pero el trabajo humano está acompañado de conciencia, es un trabajo social y se realiza en un proceso histórico, nada de esto acontece en el animal, porque, ante todo, carece de conciencia. En El capital  se lee:
"Pero lo que de antemano distingue al peor arquitecto de la mejor abeja es que aquél ha construido la célula en la cabeza antes de construirla en la cera."

La diferencia, entonces, entre el trabajo humano y esa actividad que puede llamarse trabajo animal, consiste en que aquél está siempre precedido por una idea o representación (...) El trabajo consistirá en la objetivación o exteriorización en la naturaleza de la representación que el hombre tenga en su conciencia. Por lo tanto el hombre por medio del trabajo "se contempla a sí en un mundo creado por él".

De modo que el trabajo no puede reducirse a la mera actividad "económica", a simple medio para mantener la vida orgánica, sino que es, por el contrario, un modo de desarrollarse plenamente. Pero si, en cambio, el trabajo se rebaja a mero medio para la vida, la esencia del hombre se invierte, el hombre se aliena.

Alienado viene de Alien y significa significa "ajeno". Marx quiere decir entonces que el hombre  se vuelve ajeno a sí mismo en cuanto toma el trabajo como un mero medio de subsistencia,  porque vive desconociendo su propia esencia.


Hay en primer lugar, una enajenación del trabajador respecto a su propia actividad, porque siente que no le pertenece, cuando en realidad el trabajo es aquello que lo distingue de los animales. En segundo lugar, el trabajador está alienado respecto del producto de su trabajo, ese producto no le pertenece a él, sino al capitalista, que al ser dueño de los medios de producción se adueña del producto de su trabajo. Aquello que el trabajador produce no le es propio, sino ajeno.


En los Manuscritos Económicos Filosóficos Marx dice:
"El obrero se siente obrando libremente en sus funciones animales, en el comer, beber y engendrar (…) en cambio en sus funciones humanas se siente como un animal”.
Es decir, el capitalismo produce una inversión en la esencia del ser humano que en el único momento que se siente libres es cuando huye del trabajo. Pero solo tiene tiempo para realizar actividades animales: comer, tener relaciones, dormir...Las consecuencias según Marx son las siguientes:
“El trabajador no se afirma, sino que se niega; no se siente feliz, sino desgraciado; no desarrolla una libre energía física y espiritual, sino que mortifica su cuerpo y arruina su espíritu. Por eso el trabajador sólo se siente en sí [como en su propio hogar], fuera del trabajo, y en el trabajo fuera de sí. Está en lo suyo cuando no trabaja y cuando trabaja no está en lo suyo. Su trabajo no es, así, voluntario, sino forzado, trabajo forzado. Por eso no es la satisfacción de una necesidad, sino solamente un medio para satisfacer las necesidades fuera del trabajo. Su carácter extraño se evidencia claramente en el hecho de que tan pronto como no existe una coacción física o de cualquier otro tipo se huye del trabajo como de la peste.”
Al huir del trabajo huye también de su esencia humana, de su poder creador. Esta alienación opera de modo tal que las relaciones sociales se deforman o pervierten, porque en lugar de ser relaciones entre personas, se convierten en relaciones entre cosas, los hombres pasan a ser instrumentos, "engranajes" de una gran maquinaria.  Como la actividad propiamente humana –el trabajo-, en lugar de constituir un fin, ha pasado a ser nada más que un medio para producir mercancías, ella misma se ofrece como una mercancía más, es decir que el hombre mismo se convierte en mercancía.  

Esta situación está representada en la famosa película "Tiempos Modernos" de Charles Chaplin.   En una de las escenas más famosas se puede ver cómo un trabajador alienado por su trabajo termina "confundiéndose" literalmente con la máquina.


Tiempos Modernos



Un segundo film que proponemos para reflexionar sobre cómo el capitalismo ha transformado las relaciones humanas, deshumanizandolas, es el cortometraje animado "el empleo", de Santiago 'Bou' Grasso

El Empleo





Podes encotrar un resumen de "Los Manuscritos" en:
http://www.ub.edu/demoment/docencia/Lecturas%20de%20Marx%203.pdf



La Alienación. Un resumen.

Arturo de Porras Guardo (27 Febrero 2008) Filex, Aula de filosofía (Selección de fragmentos, modificado) recuperado de https://filex.es/index.php/aula-de-filosofia/h-filosofia/75-carlos-marx-materialismo-alienacion-e-ideologia

La perspectiva desde la que Feuerbach aborda la alienación es desde la religión. Entiende la alienación como la alienación religiosa, que supone la proyección del ser humano fuera de sí, objetivándose en un ser superior (Dios), al cual tiene que someterse. Es decir, Dios no es más que la proyección del ser humano fuera de sí, constituida en una entidad superior a la que el hombre se somete. Sólo cuando el hombre se da cuenta de que Dios es un puro ser pensado, se atribuye a sí mismo esas cualidades y negando a Dios se reconcilia consigo mismo, dejando de estar alienado. 

Marx mantiene inicialmente este concepto de alienación religiosa, pero seguidamente comprende, que la alienación fundamental es la alienación económica. La alienación religiosa no es más que una alienación secundaria producto de la alienación fundamental del obrero excluido de la propiedad y obligado a vender su trabajo como mercancía. Este giro en torno a la alienación es debido a la influencia del socialista alemán Hess.

Así, para Marx la alienación se entiende en relación con la actividad productiva. El objeto resultante de la actividad productiva, no es considerado como suyo, sino que deviene propiedad de otro (patrono). El objeto producido por él, se convierte en algo extraño a la persona que lo produce. Por tanto, el trabajador se relaciona con el producto de su trabajo como con un objeto extraño. Fruto de esta situación el trabajador se encuentra alienado al ser desposeído de su propia obra.

En esta relación de producción el hombre también está alienado, pues es convertido en mercancía, es cosificado, y, puede venderse en el mercado. Así, el trabajo se convierte en algo externo el trabajador, no pertenece a su ser. Por eso, el trabajador sólo se siente en si fuera del trabajo. Por otra parte, el trabajo es algo forzado, en la medida que no es la satisfacción de una necesidad, sino un medio para satisfacer necesidades. Esta pérdida de posesión de su trabajo le lleva a sentirse libre solamente en sus funciones animales, y en cambio, en sus funciones humanas se siente como animal.


A su vez, la alienación económica promueve otras formas de alienación: como la social (división de clases), la política (división sociedad civil Estado). Al igual que también se genera otro tipo de alienaciones como la religiosa y la filosóficajurídica, legitimadoras de las relaciones sociales y de los modos de producción.


Karl Marx; Manuscritos filosófico-económicos, 1844


«¿En qué consiste., entonces, la enajenación del trabajo? Primeramente en que el trabajo es externo al trabajador, es decir, no  pertenece a su  ser; en que en su trabajo, el trabajador no se afirma, sino que se niega; no  se siente feliz, sino desgraciado; no desarrolla una libre energía física y espiritual, sino que mortifica su cuerpo y arruina su espíritu. Por eso el trabajador sólo se siente en sí  fuera del trabajo, y en el trabajo fuera de sí. Está en lo suyo cuando no trabaja y cuando trabaja no está en lo suyo. Su trabajo no es, así, voluntario, sino forzado, trabajo forzado. Por eso no es la satisfacción de una necesidad, sino solamente un medio para  satisfacer las necesidades fuera del trabajo. Su carácter extraño se evidencia  claramente en el hecho de que tan pronto como no existe una coacción física o de cualquier otro tipo se huye del trabajo como de la peste. El trabajo externo, el trabajo en que el hombre se enajena, es un trabajo de autosacrificio, de ascetismo. En último término, para el trabajador se muestra la exterioridad del trabajo en que éste no es suyo,  sino de otro, que no le pertenece; en que cuando está en él no se pertenece a sí  mismo, sino a otro. Así como en la religión la actividad propia de la fantasía humana, de la mente y del corazón humanos, actúa sobre el individuo independientemente de él, es decir, como una actividad extraña, divina o diabólica, así también la actividad del  trabajador no es su propia actividad. Pertenece a otro, es la pérdida de sí mismo.

De esto resulta que el trabajador solo se siente libre en sus funciones animales, en comer, beber, engendrar, y todo lo más en aquello que toca a la habitación y al atavío, y en cambio en sus formas humanas se siente como animal. Lo animal se convierte en humano t lo humano en lo animal.
El trabajo debe ser para todos los hombres la objetivación de su personalidad, pero para el obrero es solo un medio de subsistencia».



1 comentario:

  1. Luis Manteiga Pousa4 de enero de 2023, 7:11

    La alienación,en mayor o menor medida, está en la propia vida social, en cualquier sistema. Es inevitable.

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