Pero con el paso del tiempo el hombre deja de buscar las respuestas en Dios y se empieza a mirar a sí mismo, convirtiéndose en el centro de la escena.
El conocimiento de un nuevo continente y nuevas culturas, los primeros avances científicos, el quiebre interno de la Iglesia con el surgimiento del protestantismo y un incipiente capitalismo comercial cambian radicalmente la vida de los hombres medievales.
Al mismo tiempo por los siglos XV y XVI se produce el desarrollo del absolutismo político, las monarquías se afianzan, el poder de los reyes crece con el apoyo de una nueva clase social; la burguesía, que compite con los nobles en la obtención de privilegios sociales y políticos. Se produce finalmente una "centralización" que termina con el antiguo orden feudal (fragmentario) y da origen de los primeros estados modernos.
A partir de entonces los hombres pretenden comprender el lazo que los vincula a la autoridad y, poco a poco, abandonan la justificación de un rey-dios o de un hombre elegido para representar lo divino y detentar en su nombre un poder sagrado.
Comienzan así a surgir las primeras teorías filosófias que justifican el poder del estado en un supuesto "contrato social". Estas teorías se las denominará contractualistas y parten del supuesto que la sociedad es un producto artificial posterior a un supuesto "estado natural". Entre sus mayores representantes se encuentran: el filósofo inglés Hobbes, que defendía una monarquía absoluta; el filósofo (también inglés) Locke, el padre del liberalismo y defensor de los derechos individuales y Rousseau, el filósofo francés que inspiró la revolución francesa.
http://www.webdianoia.com/moderna/renhum/renhum_3.htm
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