El 24 de marzo de 1977, cerca
del mediodía, Walsh envió por correo a las redacciones de los diarios
argentinos y a corresponsales de medios extranjeros el texto, donde denunciaba
el plan que los sectores dominantes venían preparando desde hace mucho tiempo y
habían puesto en marcha con el Golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, y con
el inicio de la dictadura militar autodenominada Proceso de Reorganización
Nacional. Un día después, mientras se alejaba del buzón caminando por la calle
en la esquina de Humberto Primo y Entre Ríos, fue interceptado por un grupo de
tareas militares perteneciente a la ESMA (Escuela de Mecánica de la Armada). El
objetivo del grupo era capturarlo vivo, pero no pudieron hacerlo: cuando percibió
el peligro, Walsh resistió el secuestro con su pequeña pistola calibre 22
corto. Logró herir a uno de sus atacantes, pero recibió una ráfaga de
ametralladora que lo dejó moribundo. El grupo de tareas se lo llevó en un
vehículo, y desde ese día integra la lista de los desaparecidos argentinos.
Carta abierta de un escritor a la Junta Militar
-Selección de fragmentos-
1.
La censura de prensa, la persecución a intelectuales, el allanamiento de mi
casa en el Tigre, el asesinato de amigos queridos y la pérdida de una hija que
murió combatiéndolos, son algunos de los hechos que me obligan a esta forma de
expresión clandestina después de haber opinado libremente como escritor y
periodista durante casi treinta años.
El
primer aniversario de esta Junta Militar ha motivado un balance de la acción de
gobierno en documentos y discursos oficiales, donde lo que ustedes llaman
aciertos son errores, los que reconocen como errores son crímenes y lo que
omiten son calamidades.
El
24 de marzo de 1976 derrocaron ustedes a un gobierno del que formaban parte, a
cuyo desprestigio contribuyeron como ejecutores de su política represiva, y
cuyo término estaba señalado por elecciones convocadas para nueve meses más
tarde. En esa perspectiva lo que ustedes liquidaron no fue el mandato
transitorio de Isabel Martínez sino la posibilidad de un proceso democrático
donde el pueblo remediara males que ustedes continuaron y agravaron.
Ilegítimo
en su origen, el gobierno que ustedes ejercen pudo legitimarse en los hechos
recuperando el programa en que coincidieron en las elecciones de 1973 el
ochenta por ciento de los argentinos y que sigue en pie como expresión objetiva
de la voluntad del pueblo, único significado posible de ese "ser
nacional" que ustedes invocan tan a menudo.
Invirtiendo
ese camino han restaurado ustedes la corriente de ideas e intereses de minorías
derrotadas que traban el desarrollo de las fuerzas productivas, explotan al
pueblo y disgregan la Nación. Una política semejante sólo puede imponerse
transitoriamente prohibiendo los partidos, interviniendo los sindicatos,
amordazando la prensa e implantando el terror más profundo que ha conocido la
sociedad argentina.(…)
Mediante
sucesivas concesiones al supuesto de que el fin de exterminar a la guerilla
justifica todos los medios que usan, han llegado ustedes a la tortura absoluta
(…)
2.
Quince mil desaparecidos, diez mil presos, cuatro mil muertos, decenas de miles
de desterrados son la cifra desnuda de ese terror.
Colmadas
las cárceles ordinarias, crearon ustedes en las principales guarniciones del
país virtuales campos de concentración donde no entra ningún juez, abogado,
periodista, observador internacional. El secreto militar de los procedimientos,
invocado como necesidad de la investigación, convierte a la mayoría de las
detenciones en secuestros que permiten la tortura sin límite y el fusilamiento
sin juicio.
Más
de siete mil recursos de hábeas corpus han sido contestados negativamente este
último año. En otros miles de casos de desaparición el recurso ni siquiera se
ha presentado porque se conoce de antemano su inutilidad o porque no se
encuentra abogado que ose presentarlo después que los cincuenta o sesenta que
lo hacían fueron a su turno secuestrados. (…)
3.
La negativa de esa Junta a publicar los nombres de los prisioneros es asimismo
la cobertura de una sistemática ejecución de rehenes en lugares descampados y
en horas de la madrugada con el pretexto de fraguados combates e imaginarias
tentativas de fuga.(…)
Setenta
fusilados tras la bomba en Seguridad Federal, 55 en respuesta a la voladura del
Departamento de Policía de La Plata, 30 por el atentado en el Ministerio de
Defensa, 40 en la Masacre del Año Nuevo que siguió a la muerte del coronel
Castellanos, 19 tras la explosión que destruyó la comisaría de Ciudadela forman
parte de 1.200 ejecuciones en 300 supuestos combates donde el oponente no tuvo
heridos y las fuerzas a su mando no tuvieron muertos.
4. Entre mil quinientas y tres mil personas
han sido masacradas en secreto después que ustedes prohibieron informar sobre
hallazgos de cadáveres que en algunos casos han trascendido, sin embargo, por
afectar a otros países, por su magnitud genocida o por el espanto provocado
entre sus propias fuerzas.
Veinticinco cuerpos mutilados afloraron entre
marzo y octubre de 1976 en las costas uruguayas, pequeña parte quizás del
cargamento de torturados hasta la muerte en la Escuela de Mecánica de la
Armada, fondeados en el Río de la Plata por buques de esa fuerza, incluyendo el
chico de 15 años, Floreal
Avellaneda, atado de pies y manos, "con
lastimaduras en la región anal y fracturas visibles" según su autopsia.
Un
verdadero cementerio lacustre descubrió en agosto de 1976 un vecino que buceaba
en el lago San Roque de Córdoba, acudió a la comisaría donde no le recibieron
la denuncia y escribió a los diarios que no la publicaron.
Treinta
y cuatro cadáveres en Buenos Aires entre el 3 y el 9 de abril de 1976, ocho en
San Telmo el 4 de julio, diez en el Río Luján el 9 de octubre, sirven de marco
a las masacres del 20 de agosto que apilaron 30 muertos a 15 kilómetros de
Campo de Mayo y 17 en Lomas de Zamora.
A
la luz de estos episodios cobra su significado final la definición de la guerra
pronunciada por uno de sus jefes: "La lucha que libramos no reconoce
límites morales ni naturales, se realiza más allá del bien y del mal". (…)
Estas
son las reflexiones que en el primer aniversario de su infausto gobierno he
querido hacer llegar a los miembros de esa Junta, sin esperanza de ser
escuchado, con la certeza de ser perseguido, pero fiel al compromiso que asumí
hace mucho tiempo de dar testimonio en momentos difíciles.
Rodolfo Walsh. Buenos Aires, 24 de marzo de 1977.
“reproduzca
esta información, hágala circular por los medios a su alcance: a mano, a
máquina, a mimiógrafo, oralmente. El terror se basa en la incomunicación. Rompa
el aislamiento. Vuelva a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad”